Las principales causas son la disminución de la concentración del ozono en
la estratosfera, el cual provoca un adelgazamiento.
Los
CFC, que se conocen con el nombre comercial de freones. Los CFCs han sido
utilizados en una gran variedad de procesos de manufactura y en
forma de productos muy diversos: como refrigerante, disolvente en la industria
electrónica, en procesos de fundición y formación de espumas, aerosol ,
extintor de incendios, agente desecante, desengrasante, como compuesto clave
para la fabricación de espuma rígida aislante de casas u otras
aplicaciones dentro de los hogares y como material de empaquetado
aislante.Entre estos compuestos destacan los CFC, que significan hidrocarburos de cloro y flúor, y los galones, que son hidrocarburos que contienen bromo, que como ya se ha indicado, se usan como agentes refrigerantes, disolventes, espumas aislantes, sustancias contra incendios, etc.
Sin embargo,
estos compuestos no son los únicos dañinos para la capa de ozono. Así, otros
gases como los óxidos de nitrógeno, los constituyentes del
ciclo del carbono y los compuestos hidrogenados, se combinan con los derivados
del cloro y del bromo para modificar el frágil equilibrio en la capa de ozono
de la Estratosfera. Los principales agentes de destrucción del ozono
estratosférico, son mayormente el cloro y el bromo libres, que reaccionan negativamente con
el ozono. El cloro, en las proporciones existentes, debe su
presencia en la atmósfera a causas antropogénicas, especialmente desde la
aparición de los clorofluocarbonos (CFC) sintetizados
por el hombre para diversas aplicaciones industriales. La forma por la cual se
destruye el ozono es bastante sencilla. La radiación UV arranca el
cloro de una molécula de clorofluorocarbono (CFC). Este átomo de cloro, al
combinarse con una molécula de ozono la destruye, para luego combinarse con
otras moléculas de ozono y eliminarlas. El proceso es muy dañino, ya que en
promedio un átomo de cloro es capaz de destruir hasta 100.000 moléculas de
ozono. Este proceso se detiene finalmente cuando este átomo de cloro se mezcla
con algún compuesto químico que lo neutraliza.
Otro grupo de
compuestos que pueden destruir el ozono de la estratosfera son los óxidos de nitrógeno (representados
como NOX), como NO, NO2,
N2O y N2O5. Estos compuestos provienen de los gases expulsados por
los aviones supersónicos que vuelan a gran altura, así como por procesos
naturales y por otros procesos hechos por el hombre en la Tierra. La radiación
solar descompone una cantidad considerable de otros óxidos de nitrógeno en óxido nítrico (NO), que también
actúa como catalizador en la destrucción del ozono. El NO2 es el intermediario, pero también puede
reaccionar con el monóxido de cloro, formando nitrato de cloro (ClONO2). Este último es más o menos estable y sirve
como “depósito de cloro”, otro factor que también contribuye a la destrucción
del ozono estratosférico en los polos norte y sur. Factores naturales Los CFCs son los Clorofluorocarbonos, que se
utilizan como refrigerantes, solventes, agentes espumantes y algunas cosas más.
Otros compuestos que afectan la capa de ozono por contener cloro (Cl) son el Metil cloroformo (solvente)
su uso se duplica cada diez años
y el Tetracloruro de carbono (químico
industrial). Por otro lado hay sustancias que afectan el ozono por contener bromo (Br). Entre estos, los más comunes son los halones, utilizados para extinguir el fuego.
Lo que pasa es
que estas sustancias son muy estables por lo que son dispersadas por el viento
y llegan a la estratosfera (donde se encuentra la capa de ozono). Mientras que
estas moléculas no se rompen no pasa nada, pero cuando se encuentran con los
rayos UV se parten... y ahí empieza el problema. Al partirse liberan cloro (Cl) o bromo (Br)
atómico -dependiendo de la sustancia- y estos son los que destruyen el ozono.
Existen otras
fuentes que contienen cloro y bromo (las piletas de natación, los volcanes, el
mar, distintos procesos industriales) pero estas no alcanzan la estratosfera
porque se combinan con agua y caen en forma de lluvia.
Algunos
organismos marinos y grandes incendios pueden generar cloro que alcance nuestro
ozono pero son responsables de tan sólo el 15% del cloro generado. El resto es
obra del hombre...
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